jueves, 27 de diciembre de 2012

Nada.


Ahora que no hay nada:
ni madre,
ni partido o religión,
ni amigo.
Ni vida ahora,
ni muerte.
Tráeme,
discretamente,
otro polvo más,
distinto,
que por fin nos purgue.
Otro que nos renazca nuevos,
y antes de crecer.
Aprieta de nuevo contra mí
la vida
que se te escurre
entre los jadeos.
Convénceme
de las novedades,
que serán
secretos nuevos compartidos.
Ahora que no hay nada
vente conmigo,
gran amiga
desconocida.

No hay comentarios: